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jueves, 17 de marzo de 2011

Los problemas crecen

Cuando lo ví estaba emboscado, en un rincón, a salvo de la responsabilidad de decidir.
Thssssss!... habla más flojo que me delatas. Están por todos sitios, espectantes, siempre te encuentran. Redujo su espacio hasta límites fácilmente controlables. Dice que los problemas son criaturas feroces. Si no le das cuidado de pequeños, se reproducen incontroladamente dañando tu alrededor.
Curioso, pareciese que me ha descrito a mis hijos. Cuando no les dedico su tiempo me rodean completamente y es cuando huyo despavorido.


2 comentarios:

  1. Hola Veintiuno. Discúlpame tú por no comentar tan a menudo como quisiera en tu blog (aunque suelo leer siempre que publicas algo nuevo).
    Estás en lo cierto, los problemas no se pueden postergar, ignorar o dejar de lado y me parece muy acertado la comparación con la crianza de un hijo.
    Un fuerte abrazo.

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  2. No te disculpes, Sara. Me gusta que estés tan polifacética. Es todo un detalle que me leas y comentes cuando puedas.
    A mi personalmente me es complicado el criar a los hijos en todas sus variantes. Con respecto a los problemas, aunque a veces consigamos esquivarlos o simplemente escapar de ellos, siguen ahí, donde los dejamos pero les han salido dientes, se han multiplicado y hasta consiguen hacernos sombra.
    Un beso y gracias de nuevo.

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