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viernes, 20 de abril de 2012

Los pasos perdidos


Envuelto en la densa maraña de los días olvidados, camino firme, sin acaso mirar atrás; como corresponde a una voluntad cautiva de sus compromisos. Vadeo los campos llenos de esplendor sin poder contemplar  la hermosura única de un nuevo día. Cruzo los ríos sin escuchar su mensaje, adentrándome en tonalidades grises donde la soledad intenta hacerme creer que es mi compañera.
No estoy en mi terreno, pero el instinto de supervivencia de mi especie, adapta mis garras y colmillos a los relieves ficticios del firme, donde tengo que luchar en un ambiente hostil disfrazado de multitud mansa y cautiva, de tantos miedos, que no reconocen el origen de esta espiral que conduce a la inmensa nada.