Secciones

viernes, 29 de junio de 2012

Clase política

No puedo más... Intento aparentar que no pasa nada, pero no es así. La injusticia me está devorando desde el silencio más cobarde. La mentira ha prendido esa llama que extinguida, yacía muerta en la memoria.

Cuando la ignorancia, la estupidez y la derrota pasean juntas las calles de la vida, no puedo mirar hacia otro lado; antes o después me encuentran, mordisqueándome por dentro hasta desfigurar la esencia de mi propio ser. Todo aquello que soy o alguna vez soñé con ser...

Y es que me gano la vida palmo a palmo, cada centímetro que he conquistado me pertenece, hasta negociarlo al tiempo y dedicárselo al viento, porque me place o simplemente lo regalo envuelto en sonrisas a esas personas que se merecen todo el cariño que he sido capaz de inventar.

Nada es lo que parece, aunque se mire una y mil veces. Todo lo importante, lo cierto, está filtrado por una densa red, que han tejido unos pocos cuando mirábamos hacia otro lado. Ahora, necesito que tú te levantes ayudando a otros como nosotros a desgajar con toda la fuerza que nos queda (y es más de la que crees) esta ilusión en la que hemos caído. 

Una manada de bestias está comiendo de nuestras entrañas y pronto lo hará en las fantasías de nuestros hijos para alimentar a los suyos que, aunque están saciados, solo han aprendido a comer. 

¿Los hueles? ya están aquí...






viernes, 22 de junio de 2012

Verano


Amanece una mañana más. Lentamente, el astro rey levanta su mirada hasta alcanzar con su luz todo aquello que conocemos.

Es su momento, la exaltación del día sobre la noche, marcando el comienzo del solsticio. El hemisferio norte, celebra desde tiempos inmemoriales un acontecimiento regular que afecta a todo ser vivo.

La brisa ha parado, como si quisiera hacerle un pasillo a un verano que entra cargado de numerosos sueños aderezados en ocio. Aunque un extraño silencio se masca en un ambiente que intuye vetas de tristeza.

El verano ha entrado por la puerta de atrás, con la duda impregnada en nuestros semblantes que, expectantes buscan respuestas a acontecimientos que sobrepasan nuestras peores pesadillas.

Los ojos miran, y vuelven a mirar, fugazmente destellan miedo, disparan compasión necesitando una ayuda que no llega.

Sí, astronómicamente ha llegado el ansiado verano, pero… quizás, en este, mi país alegre, una bruma desconocida se ha adueñado de todas las risas que fluyen en libertad. De tus ojos, niña, ya no rezuma esa frescura en la que me reflejo todas las mañanas para poder seguir adelante.

Sí, es verano, pero algo me dice que es el principio de algo que se ha perdido para siempre. No dejes de reír, por favor, necesito escucharte para saber que sigo aquí.