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lunes, 19 de septiembre de 2011

¿Hacemos un trato?

Solo te pido un alto... y que no empieces aquello que no sabes si podrás terminar. Nadie te obliga a nada. Eso si, en el momento que me des tu mano, nada podrá romper este acuerdo. Dos personas habrán llegado a un trato donde el honor está muy por encima de cualquier firma, y esa palabra dada supedita cualquier circunstancia. Recuerda que el alcohol te abandonará y la conciencia volverá a su casa.
Vuelve a pensarlo hasta que lo tengas claro, y cuando eso suceda, lo analizas desde el punto de vista de tu familia, y más allá de todo, lo vuelves a madurar. Será cuando nos miremos a los ojos y al juntar nuestras manos el trato estará irremisiblemente cerrado.




2 comentarios:

  1. Hola Daniel ¿Cómo estás? Lamento no dejarte comentarios más a menudo. Tus relatos siempre profundos, con una enseñanza inherente y una suavidad en los textos que da gusto leerlos.

    Un gran abrazo.

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  2. Muchas gracias, Sara. Tus halagos me llenan de vitalidad para seguir intentándolo, que no es poco. No te preocupes por la asiduidad. Esto no fue ni debe ser nunca una obligación. Agradezco tu lectura y esos ánimos sinceros.

    Otro abrazo para ti.

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