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viernes, 23 de febrero de 2018

Dibujándome

Cuando fue capaz de reconocerse, avanzó camuflado entre proyecciones de si mismo.
Antes, incluso de presentarse, olvidó de quién se trataba y, ante la incomparecencia absoluta, decidió retroceder lo necesario para recuperar algunos retales de horas perdidas.
Aún hoy, busco entre pasados incompletos y futuros inventados la forma de juntar un presente propio.




martes, 8 de septiembre de 2015

Decisiones

Siempre estuvo abierta. Más nunca sabremos el porqué. El bello y fiero animal, se paseó por cada centímetro de la jaula y jamás fue consciente de que el tiempo le pertenecía. Sin causa aparente, un día, salió por la puerta y velozmente se perdió en un punto del horizonte.
Su largo cautiverio mermó su capacidad hasta límites que solo la bestia sabría calcular. Aún así, imaginé cada uno de los movimientos que tantos días estuve ideando en mi vaga idea de transitar por los caminos que no consigo recordar.
Las dudas y miedos, acompañaban silenciosas y presentes cada paso majestuoso que la silueta del felino dibujaba en la oscuridad de su decisión. Tenía que ganarse cada palmo de camino. El precio que había pagado en su historia reciente era una tentativa de supervivencia. Nada estaba ya asegurado. Ni la comida, ni su integridad física. Nada.
La vida volvía a ser una complicada aventura y por momentos pensó en volver. Nada era ya todo.
El orgullo le empujó entre brumas en cacerías improvisadas. Descansó cuando el sol empezó a iluminar su nuevo pelaje.
Nunca supe más de él. Tampoco recuerdo nada desde entonces. Es como si el tiempo me hubiera regalado una etapa en la que cada paso era dado con una única e intransferible decisión: la mía.







domingo, 19 de octubre de 2014

Una y mil cartas nunca escritas

Una mirada desnortada descubrió una pila de cassette arrumbada en un rincón de la esquina más recóndita del armario. Alargó la mano y, al azar, atrapó una cualquiera. Un fragmento de su vida encerrado en plástico polvoriento.
Abrir la cajita y olerla, fue todo un "revoir", que culminó cuando apretó ese botón tosco y gastado que por sí mismo cambió el aspecto del despacho haciéndolo más cálido y manual.
Arrastrado por el ambiente, busco hasta encontrar su vieja pluma. Fiel desde el olvido, seca de esperar esa vez que nunca llegó.
La música fluía como si nunca hubiera dejado de sonar. El ambiente enraizaba sutilmente atrapándolo todo en un "déjà vu" que jamás podría haberse planificado, pero que ahí estaba, reivindicando un acto omitido voluntariamente y que, una alianza entre la consciencia más libre y el poder del subconsciente cuando rastrea, había desatado el "momento perfecto".
Celoso, el teclado observaba triste y resignado el movimiento cómplice que trazaba la tinta entre sus dedos. Ese baile íntimo mil veces soñado.






jueves, 18 de septiembre de 2014

Cuarto aniversario

Aunque en principio se extrañó de verla abierta, conforme avanzaba, se olvidó de la puerta y de todos y cada uno de los formalismos cotidianos a los que estaba acostumbrado. Anduvo deambulando en las estancias; variopintas y de tamaños multiformes. Repasó con especial interés los textos iniciales, de cuando la rigidez saltó hecha pedazos por la libertad total que tantos problemas de entendimiento creó. No se sentía vigilado, pero sabía que detrás de todo aquello había una persona que sincronizaba hasta los virus existentes.

Cerca de 1500 días de vida, casi 3000 textos, decenas de miles de opiniones, unos 200 autores: todo estaba ahí.

Ahora, muchos tienen su casa propia; son grandes escritoras/es, pero... cuando quiere hablar con ellos, entra aquí, la casa de todos, con musas o sin ellas y, sonríe, aprende, llora, disfruta... tantas sensaciones como se pueden percibir al leer un gran libro. Que es, en definitiva, lo último que quedará de nosotros.

Recordando, se quedó durmiendo y no pudo evitar soñar con todo aquello.
Ya despierto, se sonrojó al verse rodeado de letras, frases; de textos nuevos, de todos y cada uno de aquellos con los que había... ¿soñado?







* 280ypunto.blogspot.com.es









*    Esta semana se cumple el cuarto aniversario del nacimiento de Relatarium (280 y punto)
             Un blog creado por parte los integrantes de un concurso de escritura (Eskup - red social de "El País") que se desarrolló en el verano de 2010. 



domingo, 14 de septiembre de 2014

Ella

En el centro de la nada más regular, un destello veteado irrumpe, allí mismo, donde nacen los sentidos. Química surcando tormentas del sistema nervioso. Pierdo el control. Ya no gobierno mi propio cuerpo. Nunca imaginé que pudiera ser capaz de hacer ciertas cosas.

Creo que la he vuelto a ver. Aunque no está. Su olor característico está por todas partes. Incluso me atrevería a decir que mi saliva retiene el sabor de su cuerpo desnudo, entregado sin condiciones. Esa maravillosa criatura libre que necesitaba ser esclava unos minutos.

La primera vez... -todavía guardo ese trocito de inmortalidad envuelto en pequeñas dosis- me colonizó y, en las sucesivas y reiteradas batallas, -porque jamás fueron encuentros- me fue adquiriendo, sorbiendo como si de un elixir se tratara. No supe parar, no quise terminar.

Entré en un juego sin reglas, sin límites establecidos. Ella era el centro del mundo y sus rayos daban vida a todo lo que exponía. Empezaron a entrar más jugadores. Las combinaciones surgieron sin prever una falta de aire donde la elasticidad no encontró disfraz donde habitar.

Ella sigue intacta. En mi recuerdo, seguimos jugando. Los límites no se hacen preguntas. Morir y nacer el mismo día es la única forma de entender el sexo tras conocerla.  Detrás de estos barrotes soy feliz. Fuera, no me espera nadie. Pronto nos reuniremos y seguiremos jugando, sin que nadie nos moleste. Esta vez, juntos... para siempre.









jueves, 4 de septiembre de 2014

Como debería ser

Despertar sin brújula alguna. Exprimir cada minuto de un día cualquiera. Sentirse felizmente agotado. Dormir como un niño anónimo.
Vivir es el plan.

jueves, 28 de agosto de 2014

La maleta

Al despertar, abrió los ojos lentamente, como el que quiere despedirse poco a poco del mundo de los sueños y enfrentarse armado a un nueva jornada. Y es que no era un día más, era su aniversario, su cumpleaños. Una fecha marcada de diferente color en la agenda, dependiendo de su estado de ánimo, o mejor, de aquello en lo que su mente divagara.
Su vida estaba más o menos estabilizada. Tras varios volantazos en los últimos años, por fin, otra vez se sentía en el rumbo elegido. Las risas de unos niños felices, un hombre libre durmiendo en su cama... un paisaje idílico construido en cada minuto que la vida le había cedido a golpe del esfuerzo medido.
Como en todos los cumpleaños, los recuerdos, formaban una parte indivisible con la realidad más cotidiana. Una memoria profunda como la suya, tiene la particularidad de que te puedes tirar y bucear en fondos abisales, repletos de imágenes semi-borradas, pero que ahí están; impertérritas al paso de los años, inmunes a la presión de océanos de olvidos.
A lo lejos, en lo más profundo, divisó una maleta: conocida, pero que no ubicaba perfectamente en el espacio-tiempo. Estaba cerrada, con llave, y claramente alguna vez había sido suya. Tenía en los lomos pegatinas de otros lugares, de fronteras conocidas, de otros países que su juventud hubiera resuelto sin esfuerzo. Fue a tocarla, cuando asustada, se percató que esta se movía. No podía ser. Un recuerdo es consciente, no puede tomar iniciativa...
Con poco oxígeno con el que resolver, intentó ubicar el objeto rebelde y no pudo sin más, que abandonar el recuerdo sin descifrar de qué o quién se trataba. De todas formas era imposible que su amigo estuviera vivo tantos años dentro de aquella maleta, en donde una vez intentó meterlo para encajarlo en su mundo.
En superficie, todo era más previsible, los niños tenían hambre y su hombre la miraba. Sonreía, como aquél que no tiene ni la más mínima sospecha de que una maleta vieja pudiera abrirse sola, sin la llave que una vez su dueña tiró al fondo del rincón más oscuro y olvidado que existe.

lunes, 11 de agosto de 2014

Luna Llena

Agosto, la Luna se ha vestido de día desnudando todas tus sombras.
Como una diosa, somete la noche, subyugando los sentidos. Nada es lo que parece. Las decisiones se han independizado. El deseo campa libre, y tú, amiga, estás a merced del líquido elemento.
No es falta de respeto, no es atrevimiento... no gobernamos esta vez. Somos agua y la diosa nos llama...





miércoles, 6 de agosto de 2014

El primer fin de semana de agosto

Una vez mas, se presentó puntual a su cita anual. Cada año superaba un poquito más las expectativas. Llevaba el peso de su carisma, de todos los estratos que una memoria puede acumular sin desplazar tierra firme.
Su nombre está grabado a fuego en la piel de todas las quimeras. Desde esa tarde de enero, que empezamos a fabricar las esperanzas más utópicas. Agosto, es el fuego purificador al que nos entregamos todos los años, intentando sobrevivirnos.
El problema, empieza exactamente cuando toda esa amalgama de conceptos, los guisamos en riguroso directo. Nunca nada sale igual que como lo habíamos imaginado.
De hecho, aquí estoy, rellenando los papeles de la separación. No podía haber elegido otra fecha. Ella también planificó sus vacaciones y, por supuesto, yo no estaba incluido.
Ni en mis peores pesadillas hubo existido una canícula tan rigurosa.
No sé dónde estará ese hilo que solté cuando encontré a esta persona, que ahora está de espaldas y, que realmente, nunca supe quién es.
La soledad era esto. Estar rodeado de gente, en vacaciones, y no saber quién eres, dónde estás...






sábado, 19 de julio de 2014

Un lugar entre el cielo y el infierno

Juguetea rítmicamente sobre la cama. Desnuda. Limpia. Su bonito cuerpo se exhibe orgulloso, seguro, escoltado por un ejército de hormonas, listas para la feliz batalla. Con los pies enredados en el cabezal, espera su regalo, ansiosa. Imaginando como se deslizará el aceite, con el que él ha sacado a pasear sus deseos más prohibidos, alimentados durante todo el día, en forma de palabras...

El pasado le visita continuamente, con una regularidad creciente. Último consuelo donde se agarra el presente en un mítico acto de supervivencia.

El trayecto es corto, solo lo que tarda en cruzar el pasillo, con un arco iris de pastillas, el tensiómetro y ungüentos para las llagas, fruto estas, del apoltronamiento en un lugar que tiempo atrás, fue la expresión animal de ambos, en el inevitable descenso que dibuja la salud, cuando esta viaja, desde las más bellas alturas hacia un terreno que me es imposible describir.