Secciones

martes, 1 de marzo de 2011

Días extraños

Envuelta con solo una sábana, camina descalza por el pasillo, dando pequeños saltitos. Las tostadas humeantes y el zumo de naranja la han despojado de un dulce sueño.
Me habla eufórica, colmada de proyectos e ideas nuevas para un futuro inmediato. Mi sonrisa viaja generosa y sorda. No consigo encajar una pieza defectuosa dentro de tanta felicidad. El destino es caprichoso. Hay días tan luminosos que interrumpir con sombras no ayuda a aplacar el tiempo.
Es Carnaval: días de jugar a ser otros, silenciando nuestras realidades en un paroxismo contagioso a la sombra de un disfraz.

2 comentarios:

  1. Hay momentos en la vida que no conviene destruir. Sea bueno o malo, conveniente o inconveniente. Momentos mágicos que solo hay que disfrutar, aceptarlos como vienen sin pensar mucho más. Saborearlos, degustarlos y embriagarse con ellos. Mañana, dios dirá.

    ResponderEliminar
  2. Es exacto lo que quería transmitir, Cormorán. Por qué destruir un momento único. Adelantando unas horas una nefasta noticia, no conseguiremos más que aumentar la agonía y privarnos de los destellos más bonitos de nuestra existencia.

    ResponderEliminar