En medio de la noche, además de oscuridad, no hay nada. Quizás lo que nuestra memoria recuerda, pero esto es intuición.
Eso pensó ella cuando despertó al oír un pequeño ruido, seco y corto, que le hizo dejar de respirar un instante. Espero contraída y expectante, pidiendo por favor que el silencio durara más que nunca, que el sueño la abrazara de nuevo esperando la mañana.
Sonó el despertador y preparando café observó la manivela rota de la puerta, sintiendo el pánico a plena luz del día.
El miedo es el miedo, sea de noche o de día. Lo desconocido, lo oscuro, nos impresiona más, nos condiciona, cuando tal vez es de día cuando las mayores atrocidades salen a escena.
ResponderEliminarEn la oscuridad, en el silencio, nuestros sentidos se agudizan y agrandan cualquier cosa. Los dolores, preocupaciones y los miedos cobran un carácter desproporcionado. Cuando es real las dimensiones alcanzan los límites del terror.
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