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jueves, 10 de marzo de 2011

El poder de la mente

Desde el alba hasta donde los cuerpos no pueden más, estuvimos jugando a todo lo que osamos emprender y fuimos muy atrevidos. Al salir por la puerta lo hicimos de la mano, como siempre. Arreglados, perfumados e impolutos. La presencia era ficticia. Nosotros residíamos todavía en nuestros juegos, llenos el uno del otro, prolongando aquello que nuestros cuerpos no habían podido terminar.
Ese fue el ejemplo que puse a todos aquellos que asistieron a mi discurso sobre el extraordinario poder de la mente.


2 comentarios:

  1. No hay ninguna duda de ese poder, muy visible en los sueños donde es capaz de hacernos sentir como real lo que no existe

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  2. En los sueños se explaya. Es en la vigilia donde incido por su carácter extraordinario. Tener el cuerpo en un lugar y la mente en otro me parece común, no por ello menos fascinante. Saludos, Cormorán.

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