Creció entre libros, prensa y el sonido de las ondas.
Sin saber cómo, ni por qué, cada vez se fue alejando más y más de su condición natural, llegando a no reconocerse, en un rapto del que se sentía cómplice.
Ahora, que reconocía su error, reparó las velas y puso rumbo hacia si mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario