Nació al alba, fruto del amor. Como rúbrica de la naturaleza a la creación más personal de ambos.
Pude observar esos limpios y grandes ojos, como escudriñaban el nuevo entorno, ávidos en mezclarse con los sonidos que escuchaba. Con todos sus sentidos ya empezaba a pulir su ubicación, deseoso de librarse de la pureza que lo envolvía, ineludible para poder sobrevivir en un entorno hostil que solo había hecho más que comenzar.
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