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martes, 8 de febrero de 2011

Escrúpulos

Había sido regente de un lupanar, traficante de armas, asiduo turista sexual. Su falta de escrúpulos le pedían algo más, una redención... quizás.
Optó por ordenarse sacerdote y matar dos pájaros de un tiro: exigir el perdón y entrar en el paraíso de la conciencia libre de culpa.



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