El camino de vuelta, el regreso. Es el sueño sin fin. Es la eterna búsqueda de lo que hemos ido dejando en el camino; de un bucear en la memoria, de todo lo que pudimos ser y no fuimos capaces de darnos.
Es el refugio de amores antiguos, amigos abandonados, ideas sin respuesta. De lo que un día soñamos y nunca seremos.
¡Qué bien lo has descrito, 21! Nunca regresa el que se fue, porque ya no es el mismo; ni tampoco está lo que se deja atrás, eso también ha cambiado. Como tú dices, es un sueño sin fin.
ResponderEliminarUn abrazo.
Así es, Sara. Como darnos la vuelta. Mirando y recordando todo lo que ha quedado en la cuneta para ser lo que hoy hemos configurado como el presente, al margen de reconocernos y estar a gusto con lo conseguido. Gracias por leerme y comentar. Un saludo.
ResponderEliminarSi Dani, el problema que a veces te pasas la vida regresando, sera por errar demasiado o quizás por a ver corrido demasiado...
ResponderEliminarEsperar no es mi especialidad. Aunque esa velocidad me ha dado tanto como me ha quitado. El llegar primero siempre me ha dado una oportunidad: elegir. Aunque luego tenga que volver atrás a observar aquello que no pude en su momento.
ResponderEliminarEn los errores es donde se aprende y es una condición humana. ¿Acaso tú, eres perfecta?.
Saludos y gracias por leerme.