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miércoles, 23 de febrero de 2011

Rapto

Siendo un niño, anhelaba siempre los regalos convertidos en tebeos, libros de aventuras y novelas interminables.

La juventud transcurrió rápida, como si de las páginas de sus libros se tratara.

De adulto sufrió una terrible pesadilla de la que nunca pudo escapar.

Participó en una extraña guerra:  "La razón luchó contra la fuerza, la palabra contra los hechos y la determinación se enfrentó a la duda".

Los triunfadores decretaron una ley: La prohibición de los libros, excepto aquellos suministrados por ellos mismos.




Era el rapto de la subjetividad.

2 comentarios:

  1. Me parece de necesidad que crees tu propio espacio donde expresarte ya que llevas deambulando por otras webs y otros blogs tener tu propio hogar te va a dar mucha vida. Un saludo.
    Belén

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  2. Muchas gracias, Belén, por tu visita. Seguiré deambuleando, -como tú dices-, con la particularidad de que ya tengo un punto de partida y llegada en este espacio, como referencia a todo aquél o aquella que le guste y quiera leerme. Saludos.

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