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martes, 23 de agosto de 2011

El malabarista

En tiempos mejores, se encontró con calles amplias, cielos claros y puertas abiertas de par en par. Tiró todas las llaves, recicló manuales de funcionamiento e hizo reino en los atajos. Ahora golpea puertas y ventanas buscando a un malabarista al que nunca tuvo tiempo de preguntar.


En la primera esquina, giras y en la plazoleta, lo encontrarás. Suele formar corro alrededor de las nueve. Cuenta, a quien le quiere escuchar, como seguir andando por calles más estrechas sin perder el paso ni el ritmo. Con sonrisa franca te dice cómo seguir sin dar ni un traspiés. 


¡Gracias! aunque no necesito que me cuente nada, incluso llegaría a conformarme con que me ayudara a recordar. He olvidado hacer nudos y más grave aún, a deshacerlos. Hace mucho tiempo que me desconozco y es necesario que vuelva a presentarme, aunque solo sea para intentar existir.  (*)






(*) Texto escrito conjuntamente con "Damadeltablero" (en cursiva). Publicado en eskup el 14-12-2010





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