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miércoles, 8 de junio de 2011

Reencarnación

Cuando me sentí acabado, terminado en mi andadura humana, me consultaron qué deseaba ser en mi próxima vida. Sin dudarlo un segundo, elegí ser tigre: un animal extremadamente bello, misterioso, y de una fortaleza sin igual. Seguía estando solo, como en mi condición humana, aunque esta vez podría defenderme a mi mismo y a mi familia. Seguía caminando a hurtadillas, mezclándome con la naturaleza, esta vez, de participe noctámbulo, aunque en vez de intentar hacerme enteder con palabras sería a dentelladas. El cambio me proporcionaría una claridad de ideas que obviamente el lector no podría rechazar...


4 comentarios:

  1. Veo que el tigre es una imagen recurrente en tus relatos, que te identificas con él. A mí también me gusta mucho (soy tigre en el horóscopo chino).
    Es curioso como podría parecer una "involución" el reencarnar en un animal, pero para el protagonista significa ganar cualidades de las que carecía.
    Me ha gustado tu relato, Daniel.
    Un abrazo.

    Sara Lew

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  2. Siempre me gustó, desde niño. Este verano no sabía que avatar poner en eskup y coloqué exactamente esta foto, y poco a poco vamos intercambiando experiencias. No solo la imagen, es cierto, hay ya muchos relatos en los que es el auténtico protagonista.

    Es una forma de analizar un intercambio real. Ya sabes, somos humanos y... curiosos.

    Gracias por tu visita y comentario.

    Saludos, Sara.

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  3. Bueno, tigretón, pues yo elegiría ser caballo. Ambos son nobles e inteligentes. Los tigres se comieron a los dioses y ahora tienen esa mirada felina misteriosa (mi gata, que no hace vida sedentaria y vive en libertad, también la tiene). Pero los humanos se han cargado a los dioses matándose entre sí por ellos, y también se están cargando a los tigres hasta el límite de su extinción. Los caballos aguantan a la intemperie las heladas en los valles fríos de las montañas, y siguen sosteniendo la gran noche bajo la Vía Láctea. Como a todos, llega un momento en que se les sacrifica... Pero las almas de todos los seres nobles, de todas las especies, terminan haciéndose polvo en la tierra y alimentando la luz que mantiene ardiendo las estrellas.
    ¡Vaaa pasada, jajaja! Un abrazote

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  4. Me alegro que te dejaras llevar, Luis. Es dificil pillarte en esa tesitura. El caballo es un gran animal y mejor persona. Ya quisieramos muchos...

    Esa historia es muy bonita, gracias por compartirla.

    Saludos, amigo.

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