Me cuentan que nací con las prisas que imprime la impaciencia. Un frio 21 de enero. El mes de las eternas promesas. Mi nombre atiende a Daniel, profeta venerado el 21 de julio, aquél que no temía a nada, siquiera a los leones del Atlas. De niño -en clase- atendía al orden veintiuno. Marcado por acontecimientos cada vez que firmo, miro la fecha y está ahí, siempre presente, como un número ligado hasta el fin de mis días como un sobrenombre. Me apodan "Belcebú", aunque yo no venero dioses ni demonios. Solo disfruto de un tiempo que me pertenece. La noche exalta lo mejor y peor de mi. Mi amistad cuando la entrego es para siempre.
Hola Daniel. Llevas el nombre que escogí para mi hijo (me encanta). Es verdad que algunos números nos persiguen toda la vida, repitiéndose en momentos importantes.
ResponderEliminarEs un gusto conocerte mejor.
Un abrazo.
Bonjour,
ResponderEliminar¿Entonces la nuestra es para siempre? Me gusta la idea.
Sé con certeza que algunas madres dan a luz exactamente cuándo lo deciden y todos los médicos, todos los cálculos, no pueden nada en contra.
Hace muchos años, la leyenda cuenta que un 21 de enero, Señora M., aposto con la Vida que su segundo varón sería tan fuerte como el tigre, que la nieve del invierno seria el manto para protegerle de Belcebú y que Daniel seria el nombre de su pequeño rey.
La Vida se inclino ante tanta determinación y así fue…
Hola Sara. Me alegro de tu elección. Ya expliqué en Relatarium algo sobre mi pseudónimo. Esta vez quise incluir algo más... pareciese que me escondo y nunca ha sido mi intención.
ResponderEliminarEs un verdadero placer cada una de tus visitas. Un beso.
Me ha gustado especialmente tu comentario, Henriette. Más aún, siendo en un idioma que no es el tuyo. Ya sabes... algo irónico, pero con un toque sutil que tú aderezas perfectamente.
ResponderEliminarEs un relato en si mismo. También sabes la respuesta a nuestro vínculo, es algo que yo no puedo controlar por que está sometido al tunel del tiempo y pertenece a mundos libres sin ningún tipo de reglas.
Muchas gracias por leerme y comentar. Un abrazo.
Querido 21,
ResponderEliminarUnicamente comentaba la última frase de tu relato,la que trata de la amistad entregada para siempre.
Sin duda un despisto debido a la intensidad de esta nueva primavera.
Un abrazo. Por supuesto!
Perdon : "despiste" y no "despisto"
ResponderEliminarEs que el castellano no es idioma facil, me da mejor algunas veces el sueco.
Bueno, Daniel, pues ya que te has presentado, no sé si volver a llamarte 21. Aunque personalmente no me identifico con predestinaciones ni coincidencias, podría decir que en algunos aspectos somos distantes y en otros próximos. O sea: que te sigo considerando un amigo, jajaja. Un abrazo
ResponderEliminarTu mismo, Luis. Esa elección te corresponde a ti.
ResponderEliminarHe intentado explicar este pseudónimo en forma de número. Tampoco voy montado en escoba ni llevo túnica. Me creo excesivamente cerebral en mis decisiones.
Los antagonismos en el carácter siempre unen más que distan, si la educación y la cultura se utilizan adecuadamente y creo que ese es tu caso.
Como te dije una vez, me pareces una persona "de ley", honrada... y contra eso no hay dificultad que pueda sobrevivir.
Te agradezco la lectura y que comentes tan distendidamente. Un abrazo.
Los 21 de cada tres meses cambian las estaciones. Es solo otro dato :D
ResponderEliminarYo me limito a leerte y de esta forma peculiar, mantener una "amistad" con alguien a quien aprecio.
Un saludo Daniel 21 Tigre Felino
Yo te lo agradezco, Cormorán. Tus comentarios acertados e inagotables son parte de esta página como muestra de tu amabilidad y saber estar.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo amistoso.
Bueno, Daniel "Veintiuno", pues aunque no nos conocemos personalmente, yo te cuento entre los amigos próximos de este mundillo que compartimos, porque también con el tiempo te vengo considerando que eres "de ley", apasionado, quizá algo impulsivo y arrollador (jajaja), pero honesto y noblote. ¿Me desvío?.
ResponderEliminarUn abrazo ;-)
Se me olvidó una sugerencia: una vez presentado, ¿seguirás sin poner tu foto junto a tu perfil en la cabecera de tu blog?. Bueno, ya sé que esto es intrometerme en su diseño, quizá prefieras dejarlo como está (que está bien), pero casi el propio blog es un poquito la "casa" donde te visitan los amigos ¿verdad?.
ResponderEliminar21 veces he pensado que ese número algo tendría que ver con tu vida.Las veintiuna veces me ha parecido que el azar lo construye uno mismo.
ResponderEliminarDaniel no sé si es profeta o arcángel pero como Daniel , como 21 o como el tigre de bengala...Gracias por compartir tus escritos
Un bello alegato a la casualidad.En la que creo sólo en parte. Como Daniel, como veintiuno o como tigre de bengala...un lujo leerte
ResponderEliminarComo tigre de bengala, 21 o Daniel...un gusto tus palabras
ResponderEliminarEs complicado hacerse la idea de una persona a través de sus palabras o bien de su aspecto físico. Algo hay de cierto en lo que dices, no tan impulsivo, jamás arrollador. Apasionado con el matiz de la frialdad en la que se esconde. Honesto y noble, creo que si, al menos lo intento.
ResponderEliminarLa verdad, y como dije en anteriores comentarios, no cambiaré la foto del tigre, que es parte del pseudónimo por el que me habeis conocido. Aproveché este relato, -veintiuno-, para colocar la foto y salir del anonimato. Quizás más adelante, no lo sé, intento improvisar y me dejo llevar. Este blog no es definitivo, lo empecé de prácticas y sigue ahí, más adelante lo mejoraré hasta dejarlo más acorde conmigo mismo.
http://escritos21.wordpress.com/
(Cuando lo controle, empezaré a llenar este).
Muchas gracias por tu visita, Luis. Es un placer intercambiar impresiones contigo.
Pudiera aparentar que soy supersticioso, Albada; no es así. Necesitaba un pseudónimo y me dio por ahí. Bien lo sabes tú, que fuiste la que me dio la bienvenida a eskup. Así que estás en tu casa, me encantan tus visitas y me puedes llamar como quieras que siempre intentaré atenderte como mereces.
ResponderEliminarGracias por todo. Seguiré escribiendo para que asomes cuando puedas y quieras. Besos.
El otro día oí cómo se comentaba en la radio que muchos lectores acudían a firmas de libros durante el Día del Libro para poner cara a sus autores preferidos. En tu caso, amigo 21/Daniel, has tenido la generosidad, gentileza y delicadeza de acercarte tú a nosotros, tus lectores. Un gesto que te honra. Muchísimas gracias por ello. Brindo por ese número 21, que tanto significado tiene para ti (en este momento llevo literalmente a mis labios una copa de Somontano). ¡A tu salud, amigo!
ResponderEliminarLevanto mi copa para brindar contigo, Tapia. Por la salud y la libertad, dos cosas que nunca pueden faltar. Gracias por un comentario tan generoso y bienvenido a este espacio donde desato mis locuras, estando usted invitado siempre que quiera.
ResponderEliminarUn abrazo.
Encantada de conocerte, 21, afortunadamente, no tienes garras ni colmillos, :D) Es un sorpresa muy agradable, un buen micro y una foto muy especial (aunque ya me había acostumbrado a tus rayas y a tus kilos de más, ;)). Sigue disfrutando de este, tu tiempo, y de la noche, :)
ResponderEliminarEres constante en tus pensamientos, amiga, como a mi me gusta. Hace unos meses, en Relatarium también me deseaste que disfrutara de la libertad de mi tiempo. Sin el respeto por la individualidad no hay respeto a los demás.
ResponderEliminarEl afortunado soy yo por haberme cruzado en tu camino lleno de palabras hermosas y no tener garras y colmillos, que interfieran en sentir toda la empatía que desprendes.
Un beso y gracias una vez más por todo.
grande!
ResponderEliminarDani, me ha gustado mucho tu escrito. Te seguire leyendo.
ResponderEliminarEres Acuario como yo, amigable, cercano, arrollador y sincero.
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ResponderEliminarMuchas gracias, Chon. Ha sido toda una sorpresa tu visita. Serás siempre bien recibida, y más, con esos atributos que me regalas.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.