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martes, 5 de abril de 2011

Aspecto exterior

Todas las mañanas se mira en el espejo, -amplio, conforme a su vanidad-, encontrándose cara a cara con  su formidable aspecto exterior.
El tiempo, ese implacable y regular péndulo todo lo ve y antes o después se cobra con rigor absoluto la complacencia ante su presencia.
El señor Sociedad, de apellido, Del Bienestar, empezó a acusar unos leves dolores en la cabeza que solventó rápidamente con auto medicación. A los pocos días esos rumores se hicieron voces con lenguas afiladas que con sus puntas arañaban incansables. Confiado en su espejo acudió a un médico amigo, de confianza, licenciado en medicina económica. Con un sintético análisis le diagnosticó un pequeño tumor sin importancia.
A la vuelta de un año y varios meses sin mirarse al espejo, el optimismo había desaparecido engullido en terribles dolores por las dentelladas del hambre, extendiendo el tumor como una ola avanzando sin miedo en el amplio mar.
Ya tiene fecha de operación. El diagnóstico ha sido confirmado por tres doctores expertos en enfermedades terminales, aunque demasiado tarde. La tarea preventiva fue obviada.
Este señor nunca será el mismo en caso que sobreviva, las lesiones se han almacenado en sus genes como recuerdo de supervivencia: los espejos serán destruidos como remedio vital.


2 comentarios:

  1. Y pensaremos que rompiendo los espejos la enfermedad desaparece. Eso si, habremos pagado facturas millonarias a esos médicos que lejos de curarnos nos intoxicaban más y más.
    Solo cuando corre la sangre se puede generar la nueva limpia de impurezas.

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  2. No hay nada peor para la evolución humana que vanagloriarse en la imagen contemplativa de lo conseguido hasta ese momento. La sociedad española ha estado toda esta década mirándose a si misma sin sopesar su estado real. La enfermedad nos ha invadido y aún así no le poníamos remedio para cortarla a tiempo. Saludos, amigo Cormorán.

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