Secciones

domingo, 31 de julio de 2011

La sinrazón

Desde niño había escuchado que eran diferentes. Que donde nacieron era cuna de grandes hazañas. El y sus compañeros eran los portadores de esa llama y en ellos estaba la responsabilidad de que nunca se apagara. Enseñanzas que calan profundamente en una mente fértil; tanto, que echan raíces hasta hacerlas propias y se convierten en una herramienta de muerte. Hoy volverá a asesinar en nombre de esa tierra. De su víctima, no sabe nada. No conoce sus sueños ni a su familia. La llama sigue encendida.



2 comentarios:

  1. ¡Pobres!. La mayor renta per cápita de la península ibérica y el mayor grado de autonomía, y aún no tienen bastante. Y tengo amigos vascos moderados que creen que es porque ellos son especiales... con lo cual les tengo que recordar algo de historia. Es el denominado "problema vasco", muchacho, ¡que parece que no tienes ni puta idea!.
    Ya sabes... me dejé llevar por ese ánimo universalizador que me carcome... lejos de boinas y biseras.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Llego a entender hasta un punto determinado la originalidad y la diferenciación de un grupo determinado de personas. Cuando la violencia entra en el juego, la comprensión sale fulminada y así no... Toda credibilidad se diluye y no estamos para restar...

    Saludos, Luis.

    ResponderEliminar