Existe una tierra, más allá de todo lo conocido. Cuentan los rumores que allí la felicidad no tienes que soñarla, está presente; te deja que la toques sutilmente, apenas rozarla y sentir el deseo sin escondites que empañen un impulso tan sincero, que nace de dentro. Qué inexorable puede llegar a ser, el reconocer, que ser, no es estar.
Mi secreto se sabrá cuando la subjetividad que habita en mi, perdone a esa otra tierra que quizás lucha de otra forma para que reine la paz. Será un triunfo de la inteligencia.
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