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martes, 10 de mayo de 2011

El limbo del verbo

Estoy lleno, a rebosar. Tanto verbo no expresado, preparado, ansioso por descubrir donde descansar y difundir su extensión ¿Dónde guardamos lo que no decimos?
El abandono de las palabras perdidas, donde otros buscan lo que nunca les dijeron, lo que siempre esperaron y no fueron capaces de escuchar. Allí, donde mueren las palabras, amontonadas y rotas de ignorancia, en el lugar donde la estupidez no tiene tiempo para leer, dichosa en resolver la banalidad de lo inmediato.

6 comentarios:

  1. Hace poco alguien me dijo:
    “Las palabras no dichas se quedan entre el mundo real y el imaginado, pesándonos y haciéndonos el presente angustioso y difícil de respirar.”
    Ser esclavo o dueño de lo callado, de lo dicho…el equilibrio es precario.
    Las palabras salvan como destruyen. Solo tú les das o les quitas ese poder.
    Intentar ser libres hablando como callándonos: ¿esta es la meta no?

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  2. No sé donde termina todo esto, creemé, no lo sé. Sería un privilegiado de saberlo y utilizarlo. Mi pregunta está lanzada al aire y cada uno es capaz de responder de una forma diversa. Esa es la cuestión, adivinar de alguna forma como deshacer este nudo en el que se han convertido las relaciones humanas. Me temo que todo es más fácil, solo hay que creer en que todo puede ser un poco mejor.

    Un beso, Henriette.

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  3. Ese lugar donde mueren las palabras, casi siempre es el corazón del que las oyó.
    El limbo donde residen in eternum las no llegadas a pronunciar sí lo veo difícil de imaginar.
    Me ha gustado. Fabricaré el cielo de las palabras que abriendo la mente de un ser humano. Será un cielo tranlúcido con olor a hierbuena y azahar

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  4. Albada, creo que las palabras se hacen en el pensamiento, antes de pasar a la acción, es el pensamiento neto. Me gusta ese olor que le has inducido al cielo de ese limbo tan desconocido.
    Perdona que no salga tu avatar. He podido rescatar tu comentario entre dos días de un funcionamiento irregular del chisme este de blogger. Perdona. Tu comentario es importante para mi, es mi obligación publicarlo.
    Un beso, amiga Albada.

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  5. ...Y luego están esas palabras que llegan a tu cabeza en cualquier momento que no esperas, pero resulta que no llevas una libreta para anotarlas y luego se te olvidan...
    Bueno, era por añadir otro punto de vista ;-)

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  6. Suele ocurrir, en especial y como bien dices, cuando no la llevamos encima. Las ideas te asaltan cuando más desprotegido te encuentras.
    Gracias por tu visita, Luis.

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