Ese verano, por fin su niña iba a un campamento (se llamaba:
el futuro
y le costó la paga de un mes) Confiaba en la naturaleza y en los guías
para que revirtieran su comportamiento.
Cuando volvió del futuro con
semillas de patatas, creyó verse a si misma antes de perder la ilusión por todo.
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