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martes, 25 de octubre de 2011

Melancolía

Estuve esperando, toda la tarde, a veros pasar; a ti y a mi, como entonces, como siempre. Hasta que empezó a anochecer antes de que me volvieras a mirar, como solo tú supiste hacerlo. Igual que ese día que guardo entre recuerdos mimados por el mismo aire que acaricia los tiempos.

13 comentarios:

  1. Esos momentos que yo llamo "los momentos -o los días que fuimos dioses-"
    son inolvidables y, por ello, es lógico que su recuerdo produzca esta melancolía que tú tan bien describes, Un abrazo.

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  2. Los recuerdos de amores difuntos y la melancolía inherente a estos, siempre fueron fuente de creatividad literaria. Es un estado “casi” necesario para dar vida a cierto tipo de escritos. ¡Lo atraviesas con talento!
    Que sigas eternamente melancólico… que podamos disfrutar de tus palabras.

    H.

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  3. Te creces en la Melancolía, atrapas con maestría los Instantes, haces Turismo Cultural viajando por el tiempo... ¿Posees un pozo interminable de latidos poéticos? Qué envidia más insana la que siento. Abrazos,amigo, nos seguimos leyendo.

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  4. Esos momentos en los que conseguimos detener al tiempo, subirnos a esa espiral de vida que nos impulsa tan lejos como imaginamos están los dioses. Conseguimos a través de nuestros personajes vivir una vida que a veces rozamos en nuestra realidad, llenándonos de magia. De una felicidad, o como se llame, ese estado en el que todo cobra sentido. Así es, Francisco, lo has mostrado en una infinidad de ocasiones, perfectamente reflejadas en tu obra publicada:
    "El día ue fuimos dioses" ed.Alhuia

    Gracias por el comentario, pero sobre todo, por leerme.

    Un abrazo.

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  5. Imaginar, intuir qué has perdido, qué has olvidado, qué has dejado de vivir por esa decisión de cambiar de camino. Recordar con imágenes ese quiebro en tu destino, esa decisión quizás equivocada. Qué inevitablemente lo cambió todo y para siempre.
    Gracias, H. Por ser tan amable y generosa.

    Un beso.

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  6. Me es más fácil ahondar en los sentimientos tristes. En la ambigüedad de la duda. Pero... gracias, Isabel, voy aprendiendo día a día, en la lectura, a través de vuestra expresión y con esa mirada que rebusca entre los entresijos de los sentimientos.
    Muchas gracias por leerme, por regalarme comentarios que me animan a seguir. Un abrazo, Isabel.

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  7. No sé pierde ni se olvida nada. Se aprende a vivir sin.
    Tampoco se deja de vivir. Se vive diferentemente.
    La vida es brutal y cínica y nos impone caminos que jamás, por nada en este mundo, hubiéramos tomado. Pero…
    Lo único y poco que me parece haber comprendido es que quizás, aún, y antes de llegar a ser unos ancianos amargados por los recuerdos, hay que seguir confiando, intentándolo todo, siempre y cada vez más fuerte, para poder seguir amando.
    Porque el reto es este ¡ ¿Sin esta dimensión del amor, quien somos? ¿Que nos queda?

    Ya me acercaré de nuevo a leerte. Deseándote buena inspiración.

    H.

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  8. Con el tiempo los recuerdos que permanecen eternamente en nuestro interior, son aquellos en que nos sentimos parte del otro formando una unidad. Son recuerdos de sentimientos más que de imágenes, sonidos u olores. Son intuiciones de conexión, de fusión de almas, lo que más se recuerda. No los gritos de placer o discusión, no las obligaciones y renuncias. Es la melancolía ese sentir auténtico que permanece siempre en nuestro interior.
    Un saludo Daniel

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  9. Solo se vive una vez y realmente, esa unidad, conexión, fusión con otra persona. Tras esa vez, las que siguen solo son ilusiones, pálidas copias de la primera. Esta primera vez es la de la relación tan intima del bebé y su madre los primeros meses de su vida. El recuerdo de esa época es tan inigualable e inolvidable que de una cierta manera, estamos todos “condenados” a buscar sin cesar ese maravilloso e incomparable dulzor de vida que se nos escapa al ganar en autonomía, día tras día…
    Sin la pérdida de esta relación de fusión y dependencia, no existiría este sentimiento de nostalgia y aun menos, la infinita creativa que le ofrece al ser humano desapareciendo un día.
    Quizás sea este comentario algo teorético pero esta experiencia única del Otro en sí es tan crucial y fundadora del ser humano que no pude evitar pensar en ella al leer el comentario de Cormoran.


    H.

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  10. Siempre, en repetidas ocasiones, he expresado mi convicción de que nuestro mayor logro es amar y sentirte amado, y nuestra mayor derrota es la soledad no elegida; esa vía muerta en la que caemos después de bañarnos en lodos de egoísmo y orgullo. No somos nadie si no nos encuentran, si alguien no emprende nuestra búsqueda en un momento determinado. La melancolía es una constante interpretación unilateral de todo aquello que vivimos un día y no sabremos si volveremos a saborear. Repitiendo una a una esas imágenes para no desmemoriar la felicidad que se alimenta de rutas caducas.

    Me ha gustado tu reflexión, H. Ha sido todo un honor que la viertas en un comentario a este texto.
    Un fuerte abrazo.

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  11. Excelente desglose de sentimientos íntimos, Cormorán. La melancolía tiene un halo de tristeza que le dá unos registros únicos. Los has descrito con verdadera facilidad.
    Un abrazo.

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  12. No logro entender como una ruta caduca puede alimentar en felicidad cualquier espíritu.

    H.

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  13. Una ruta o camino, caduca cuando es imposible seguirla. No por ello los recuerdos de cuando esta era transitable tienen que ser tristes. Por eso mismo se cercenó... para conservar lo mejor de ese tiempo.

    Saludos, H.

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