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miércoles, 28 de agosto de 2013

Hoy es tu día, es mi día...

Hay días que son imposibles de olvidar. Ni quieres, ni te dejan. Una vez que te arrollan, permanecen impasibles, agazapados, como un virus, hibernando en tu interior. Cada cierto tiempo, se hacen notar; destellan imágenes en tu memoria, recordando el por qué están ahí.

Una música, un olor, un gesto... pequeñas señales que pasarían desapercibidas para cualquiera, toman el control de todo tu sistema nervioso, con conexiones cerebrales explícitas para llegar hasta donde nunca has pensado que podrías. Y es cuando el pasado toma en mando, haciendo un lapsus en el presente, trascendido hasta sus últimas consecuencias.

Es la historia de nuestra vida. Obligados a recordarla y comprenderla, nos mordisquea cómplice de nuestros pasos, de aquellos que no supimos dar, de aquellos que tendremos que decidir.

Hoy, puede ser un gran día. Porque es el tuyo. Porque quiero que así sea. Porque recuerdo, porque me siento muy vivo en él. Es tan nítido que pareciese ayer. Tu sonrisa lo envuelve todo, en esa eterna juventud que permanecerá impasible al paso de los años. El "capricho de tu intelecto"sigue ansioso, decidido a no dejar nunca de comer aquello que le brindas, perfectamente engrasado, como una conexión por encima del tiempo y el espacio. Más allá del bien y del mal, traspasando fronteras.











http://www.youtube.com/watch?v=xH1ZGcGjXzk




2 comentarios:

  1. Me gusta este especie de diario vital que llevas últimamente, donde despellejas el latido de los días, que no es sino mostrar el corazón a carne viva. Algo así como el reloj que me querían vender el otro día que era de la categoría "Open heart" o "corazón abierto", es decir, transparente en su esfera y en su cubierta, mostrando la maquinaría que regula nuestras noches y nuestros días. La verdad es que al final lo compré y espero me ayude a desentrañar mejor todos los instantes que mide. Aunque me lo hubiera podido ahorrar si antes me hubiera dado este chapuzón en tu blog.
    Recuerdos y saludos, amigo Daniel.

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  2. ¡Vaya! lástima que ya no los venda. Los clientes que elegían ese tipo de reloj, de caja transparente, siempre me parecieron alquimistas del tiempo. Me hubiera gustado estar ahí...

    Como siempre, Francisco, te agradezco, la visita y un comentario tan original para describir un estado de ánimo, como buen lector que eres. Ya que, creo, para escribir bien, hay que saber leer y tú posees ambas virtudes.

    Un fuerte abrazo, amigo.

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