como vínculo infinito de comunicación entre las personas, aquellas dichas, las calladas, las que nos quedan por decir.
domingo, 2 de marzo de 2014
Aprender a vivir
Cabalgando la noche, seduce, olvidando las sombras de su rutina. Se atreve a entregar más allá de lo apostado nunca. Fuerte y grande, es capaz de soñar lo prohibido por los miedos. Huyendo de sí mismo, ha encontrado unas horas épicas. Solo tiene que encontrar la llave: esa que le abre la vida de par en par.
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Buena reflexión...
ResponderEliminarsaludos en la noche.
Gracias, María. La noche es infinita por momentos...
EliminarCabalgar de noche, deja abierta la puerta de las mejores batallas. Esas que se han de ganar a base de fe.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un poco de fe y mucho de libertad, es lo que tiene la noche para seducirnos y desatar todo lo imaginado. Saludos, Albada2.
EliminarY a veces parece tan fácil...
ResponderEliminarUn abrazo.
HD
Mil disculpas, Humberto. He estado ausente. Muchas gracias por acercarte por aquí a leer.
EliminarSaludos.