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miércoles, 10 de julio de 2013

Reinventarse

Y llegó ese temido día. Aquel en el que la vida le pedía algo más. Mirando lo que dejaba atrás, buscó y no encontró a nadie, ni cercano, ni en la memoria más profunda. Lentamente, empezó a caminar entre perspectivas desconocidas. A su paso, tantas puertas como opciones...

Empezar, no es fácil cuando llevas sobrepeso. Aprender a ser liviano es la primera orden para este viaje de vuelta sin retorno. Nada de lo que va consigo es imprescindible, excepto el esfuerzo y su catalizador de sueños. Es allí donde residen todas las llaves que anhelo.








2 comentarios:

  1. Precioso canto a la recreación de los anhelos.

    Un abrazo grande, Daniel.

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  2. Alrededor de tanta basura, es un filón al que agarrarse...
    Saludos, Albada. Un fuerte abrazo.

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