como vínculo infinito de comunicación entre las personas, aquellas dichas, las calladas, las que nos quedan por decir.
martes, 16 de octubre de 2012
Diluirse
Hoy he vuelto a escribir, como de si un milagro se tratara. Es una
acción que me completa, me ilumina y me hunde en lo más profundo de mi
mismo. Me reinventa, me sumerje en todos aquellos sueños que alguna vez me
atreví a esbozar. No me cuesta trabajo inventar historias. Ajenas a
todos mis pensamientos, aunque los recovecos de las pesadillas actúan de
muralla entre tú y yo. Entre el mundo real y el imaginado, que a fin de
cuentas es el resultado de la relación directa entre el ser y la
memoria.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Hoy, como ayer, y como mañana, retomamos unas aficiones, dejando con ellas que la mente nos aleje, o nos acerque, o nos lleven en una abducción, a momentos inventados que nos permiten seguir viviendo.
ResponderEliminarHay aficiones inofensivas, que no dejamos ir.
Un abrazo
Feliz de tu regreso, 21. Escribir casi siempre es un camino de ida y vuelta. Es un viaje sanador al que algunos nos incorporamos para deconstruirnos y reconstruirnos -como tú bien dices- milagrosamente. Un abrazo, 21
ResponderEliminarPues sí. Eso es, más o menos, escribir. Siempre escribimos para nosotros mismos pero con el objetivo de que nos lean otros. Y en ese espejo reconocernos, entre la neblina de nuestrra mente y la claridad del observador ajeno. Un abrazo.
ResponderEliminarVuestra visita incansable, no tiene una respuesta a la altura de las circunstancias, por ello, os pido disculpas una vez más. Estoy en ello, pero la cotidianeidad no baila bien en estos días de ajustes. Os agradezco enormemente la visita.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.