Cuando uno se pierde, lo mejor es sentarse y esperar la vuelta. Algunos lo llaman: "vacío". Yo opto por el libre albedrío, aunque sea inoportuno, inconsciente y caprichoso. Cada uno sabe de sus armas, aunque si necesitáramos de todo el potencial personal, en estas circunstancias, seríamos carne de cañón.
Ya empieza a oscurecer y no ha vuelto, cada vez se retrasa más. Llegará el día que no vuelva jamás y yo me quede aquí sentado, como un chisme, siendo apartado en algún rincón oscuro y olvidado.
Deberíamos perdernos más y encontrar con más frecuencia a nuestro otro yo. Siempre más auténtico y natural, sincero y fiel, transparente a la realidad de las cosas. Cada vez sale menos supongo que por miedo sabiendo lo que le espera. aguarda escondido en espera de no ser visto y disfrutar de si mismo
ResponderEliminarNuestro yo "social", cada día que pasa se vuelve un poco más titular y el verdadero ser que somos pasa a un segundo plano. Obviamente se revela y cada día le cuesta más volver, no encuentra su sitio que ha ido perdiendo poco a poco, deshubicado completamente. Cuando por fin lo hace después de un tiempo extendido. Lo arropamos y disfrutamos más que nunca con nuestra verdadera esencia. Saludos.
ResponderEliminar