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viernes, 6 de enero de 2012

La artista

De niña, jugaba con colores. Su padre, entusiasmado le decía: ¡Algún día, hija mía, serás artista!
Pasaron los años y los avatares del destino le reservaron varias excusas. Eran otros tiempos donde la vocación dormía ahogada en mares de paciencia.
No expone cuadros, ni escribe... tiene cuatro niñas y tres niños.
Dicen que nuestra mayor creación son los hijos. Ella ha pintado siete vidas como siete sueños.
Ahora, cinco nietos de esas siete vidas se agolpan alrededor de una mesa, aquella que nunca debió de estar vacía de acuarelas y láminas en blanco, donde ella alguna vez quiso expresar todo lo que sus ojos polarizaban y su alma interpretaba.
Mañana, su hija mayor expone.




6 comentarios:

  1. La vocación y el talento a veces se manifiestan de formas sutiles, como en la mujer de tu relato.
    "Eran otros tiempos donde la vocación dormía ahogada en mares de paciencia".
    En la crianza y educación de los hijos se nos va gustoso un tiempo de creación, preñado de talento en salmuera, que acaba por florecer.
    Un abrazo.

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  2. Gran y bellísima historia muy bien contada, de un tiempo "en que la vocación dormía ahogada enun mar de paciencia". Un abrazo y feliz año amigo.

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  3. El personaje de esta historia supo educar a sus hijos transmitiendo también su sensibilidad. De ese modo, raro es que no salga uno que tome el testigo. También eran otros tiempos en que se compartía más entre padres e hijos porque las formas de vida eran más tranquilas. Me pregunto cómo sigue la historia, qué siente la abuela ante al exposicón de una de las hijas, ¿sólo se siente orgullosa por ella? ¿o siente también esa frustración por haber dejado de ser lo que ella quería y le absorbió la dedicación exclusiva a los hijos?. Lo primero, lo manifestará; lo segundo, se lo tragará para sí misma para no pintar nubarrones en un día en que brilla el sol.
    Bueno, lamento este rollo, pero me lo sugirió tu relato, jajaja.
    Un abrazote

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  4. Agridulce historia que me enfrenta a otra demasiado cercana. Vivir, desvivir, revivir...
    dejar algunas cosas, en favor de otras. Un abrazo 21.

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  5. Muchas gracias a todos por vuestros amables y generosos comentarios. Esta "abuelita" os envía un afectuoso saludo por este reconocimiento.
    La ilusión jamás se ha de perder y gracias a ello existe un motivo único por el que mirar hacia adelante en la lucha diaria.

    Un fuerte abrazo.

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  6. Cuando se tienen hijos, tu vida pasa a ser de ellos. Vocaciones incluidas. Son los logros de estos tus nuevos retos, tus nuevas vocaciones, que si coinciden con las propias antes de renunciar a ellas, el reflejo, entonces, se hace realidad.
    Un abrazo 21

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