Una música, un olor, un gesto... pequeñas señales que pasarían desapercibidas para cualquiera, toman el control de todo tu sistema nervioso, con conexiones cerebrales explícitas para llegar hasta donde nunca has pensado que podrías. Y es cuando el pasado toma en mando, haciendo un lapsus en el presente, trascendido hasta sus últimas consecuencias.
Es la historia de nuestra vida. Obligados a recordarla y comprenderla, nos mordisquea cómplice de nuestros pasos, de aquellos que no supimos dar, de aquellos que tendremos que decidir.
Hoy, puede ser un gran día. Porque es el tuyo. Porque quiero que así sea. Porque recuerdo, porque me siento muy vivo en él. Es tan nítido que pareciese ayer. Tu sonrisa lo envuelve todo, en esa eterna juventud que permanecerá impasible al paso de los años. El "capricho de tu intelecto"sigue ansioso, decidido a no dejar nunca de comer aquello que le brindas, perfectamente engrasado, como una conexión por encima del tiempo y el espacio. Más allá del bien y del mal, traspasando fronteras.
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